Uniendo los trozos

Hace poco me dieron un gran pellizco en toda la cara, en toda mi cabeza y en todo mi corazón. Fue algo como: ¡A dónde te crees que ibas! Ciega, sin rumbo y siguiendo a alguien que dejo de amarme.

¡Vaya cambio! Y como duele ese cambio, ese vacío y ese silencio que mata. Ya no hay nada donde antes estaba todo, se perdió todo, de repente, ¿Cómo se pierde algo donde solo había dos?

Otra vez la vida te da la vuelta, te pone boca abajo y te obliga a que te levantes por ti misma. Otra vez el camino se empieza a desviar, otra vez deja de haber señales claras, ahora solo vuelve a existir
la oscuridad, el miedo y la incertidumbre, por eso, empiezo a correr, porque deseo salir de ese túnel.

Es ahí cuando empiezo a acelerarme, intento resistir la tentación y me obligo a querer vivir. Pero todo es tan inútil, que aunque sirva para algo siempre va a ser el camino más difícil. Pero no sé cual es el fácil y, aunque sé que existe ese camino es tan frío, sin emociones, sin sentimientos, y tan vacío que no creo que sea bueno.

Qué hay mejor que la superación, el que llegue un día y pueda decir: "He aprendido algo", "Algo en mí a cambiado", "Mereció la pena". Intento ser todo lo fuerte que puedo, aunque la fuerza se pierde, sobre todo cuando te la destrozan, cuando te la rompen en pedazos, porque para coger fuerza primero tengo que empezar a unirlos, y en el cuerpo no existe el pegamento, no hay nada con que pueda pegarlo, solo puedo empezar a cuidar la herida que han dejado los pedazos y juntarlos poco a poco, uno a uno, tiempo al tiempo, para que cuando vuelvan a estar juntos vuelva a ser uno, vuelva a ser puro.

Dicen que la mejor cura es el tiempo y no lo niego. Siempre me ha servido y no dudo que ahora no lo vaya a hacer. Es el único  en que sé que puedo confiar, porque es el único que me está enseñando que los errores existen, que las emociones nos dominan y que no se callan, que por mucho que quiera olvidar es imposible, que hay que saber decir adiós y hay que saber decir despierta, que las oportunidades se dan y que uno recibe lo que siembra.

Por eso quiero que se vaya lo malo, esas emociones tan oscuras, se que se irán y que se están yendo pero no está siendo de un día para otro, porque todo lo que importa tarda pero sé que el día que lo sienta podré decir: terminó.


Comentarios

Entradas populares