Cuando te toca mentir

No se si lo habréis sentido igual, pero una vez estuve una situación en la que sentía que me estaba mintiendo a mí misma, y lo único que me preguntaba era: ¿Quiero esto en mi vida? Porque si quiero esa frialdad en mi vida es lo que voy a tener el resto de los 365 de cada año que me quede, es lo que la vida me va a devolver, es lo que siempre he evitado... 

La idea de que algo tan congelado esté dentro de mí, me hizo llorar. Aunque  más que llorar, me hizo temblar. 

Creo que una situación extrema lo convirtió todo en una gran pedazo de mierda, o pota como mejor lo entendáis. 

Es como quererlo potar todo, todo lo que llevas dentro y, aún así, te contienes, porque estas 100% segura que esto va a acabar peor para ti. Y solo tienes que decidir entro dos cosas: la verdad o la mentira. Y si eliges la verdad estarás desterrada y si eliges la mentira estarás huyendo.

Y ahí estaba yo con media verdades y medias mentiras. 

Ojala las olvide algún día y vuelvan donde tenían que estar, en el corazón que corresponde.

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