Keep myself
-Siéntate a mi lado -me dijo.
Yo estaba nerviosa, no comprendía por qué estaba allí, todo era tan "de película". Supongo que me entendéis; me refiero a esas veces que pasan tres mil cosas en un mismo periodo de tiempo.
Pero no, esto no era una película, y por desgracia tampoco un sueño.
Aun sentada, con las lagrimas cayendo, él me dijo:
-¿Qué te pasa? ¿Te has caído?
-No -le conteste.
-Sólo estoy un poco pérdida, más que el infinito.
Entonces él me dijo algo que nunca se me hubiera pasado por la mente.
-Sabes una cosa -dijo con inocencia.
-Incluso las estrellas más brillantes se pierden. Pero siguen estando ahí, sólo que esta vez miran para el otro lado, miran a otro mundo. ¿O es que tu te quedarías mirando las cosas siempre del mismo lado?
Y, justo en ese momento, me entró un escalofrió. Ese que hace que la mente te recuerde que en la vida suceden cosas diferentes. Luego, le miré y le susurre:
-Quiero hacerte un regalo. Uno para poder verte desde tu otra perspectiva, y así tener un motivo para mirarte más.
Le apunte mi tuenti y mi teléfono, deseando que en ese momento alguna estrella se perdiera entre nosotros.
To be continued....



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