Keep myself III
Él sabría que yo estaría allí esa noche. Es lógico yo misma se lo dije, pero se atreverá a ir, esa es mi pregunta. Lo que no entiendo es porque me pregunto si mis padres estarían en casa esta noche. Yo creo que sí irá. Pensaba en las posibilidades mientras mi madre abría la puerta. No tardo ni un segundo en preguntarme:
-¿Por qué sonríes así?
-Porque......me encuentro bien.
Vale, me había pillado con la cara de tonta. Ahora por más excusas que pusiera sabía que no serían verdad, pero tampoco le podía contar nada aún. Pero ella continuo:
-Ya, claro, si soy mayor es porque no nací ayer...-dijo con cara de "se que me ocultas algo".
Y continuó:
- Por cierto estas preciosa, como se nota que te has hecho mayor.
Eran las cuatro de la mañana, dentro de dos horas cerrarían la disco, yo ya estaba reventada de bailar, pero la música ahora era la mejor de toda la noche, y no quería parar de bailar. De repente, alguien me rozo la espalda con la suya bailando a la vez. Buah, seguro que eran los borrachos del rincón queriendo tocar algo, así que me alejé. Y cuando lo hice, una voz susurró:
-No sabía que te gustaba tanto bailar, aparte de hacerlo muy bien, seduce.
-No pensaba que tu baile tradicional fuera pegarte a mi espalda, acaso me vigilas?
-Claro, te veo desde la estrella, recuérdalo!
Y empezamos a bailar, sin quitar las miradas, sin dejar de movernos. El tiempo pasaba rápido y yo no me quería ir. Para mí la noche acababa de empezar.
-Te he hecho mi segundo regalo. - Dijo cuando ya no podíamos con nuestro cuerpo.
-¿El qué?.- dije con ímpetu.
-Cuando llegues a tú casa lo veras.
-Me das miedo, no habrás entrado a mi casa sin permiso, ¿Verdad?
-Lo he hecho con el permiso de tu corazón, así que no puedes denunciarme.- dijo riéndose.
Me llevo a mi casa, y como sabía que no habría nadie todavía, le invite a subir.
-Vaya, no me dio tiempo antes de ver lo grande que era el salón. –dijo impresionado.
- Es más chico que el tuyo… no sé por qué te sorprendes. –dije con ironía.
-Es que todo lo que te rodea me sorprende…
Subimos a mi cuarto, y cuando entré, no me lo creí. No sé cómo pero ahora si que podía decir que me encontraba en el cielo, con las estrellas.-¿Te gusta?- preguntó
-No me gusta…….me encanta!- Entonces le miré y le dije.-Aunque lo que más me encanta es que lo hayas hecho tú, eso hace que ahora mismo pueda decir: “estoy en las nubes”.


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