Sólo son etapas
Otro de esos días en los que me voy de fiesta o a tomar algo con “mi gente”, sólo hay risas, miradas, conversaciones, una de las cosas que más agrada hacer cuando estamos en grupito. Pero empieza a llegar más gente, algunos no se saludan, otros ni se mira, la gente no se cae bien, pero sigue habiendo algo de buen rollo, aunque sea un poco ilusorio.
Empezamos a separarnos, cada uno con quien mas feeling tienen, hay miradas entre los demás:
De los que no tienen problemas y miran a los otros que tampoco tienen en los demás grupos.De los que miran como los otros se ríen y empiezan a criticar.
De los que se sienten incómodo por esa situación. Ésta en verdad es de todos.
De los que se sienten incómodo por esa situación. Ésta en verdad es de todos.
Y llega el momento, la decisión de dónde ir, Tachan!!!!! Cada grupo opina, después de haber debatido entre cada miembro, por supuesto. Discusión, malas palabras, incomodidades, despecho, envidia, satisfacción, etc. Y entonces alguien lo dijo, alguien metió el dedo en la llaga. Empieza la “pelea”:
Primer ronda, los que se dan por aludidos que suele ser una minoría empieza hablando ya más de la cuenta, cosas que no se deberían haber dicho, cosas que no se esperaban que supiera. Entonces llega la Segunda ronda, en las que se indaga como se ha enterado tal persona de eso, cómo ha salido a la luz, habrá pocos culpables pues el rumor lo empieza uno, y lo siguen los demás. Tercera ronda, ya están todos en la olla, a demasiada presión, los culpables de que todo se expanda, difamando la vida de cada uno, sus secretos que supuestamente estaban más ocultos.
Y por fin, llega la conclusión: cada uno a donde quería ir, cada grupo separado, todos en evidencias porque había que elegir, con quién te quedas, de quién huyes, etc.
Y así es nuestra vida, que a pesar de los cambios, de la gente nueva, de los momentos nuevos; siempre con decisiones diferentes, sin confianza, sin consideración, sin entender, sin apoyo, sólo pensando en que el grupo te obedezca.
Y así es nuestra vida, que a pesar de los cambios, de la gente nueva, de los momentos nuevos; siempre con decisiones diferentes, sin confianza, sin consideración, sin entender, sin apoyo, sólo pensando en que el grupo te obedezca.
Y cada uno acaba indignado, por su comportamiento, por esta situación no deseable, porque en el fondo no era ésto lo que debía pasar, porque cada uno debe arreglar sus problemas y no contagiarlos al grupo. Pero siempre nos escondemos, siempre ponemos la mano para recibir apoyo, ¿Para qué?, para salir ilesos.



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